
IA y seguridad: ¿A dónde van mis datos cuando le pregunto algo a la IA?
La inteligencia artificial no solo llegó para quedarse, sino que está revolucionando la forma en que trabajamos, nos comunicamos y tomamos decisiones. Su aporte es innegable: nos ayuda a automatizar tareas, ahorrar tiempo y aumentar la productividad como nunca antes.
Hoy, miles de personas ya la usan a diario —muchas veces sin darse cuenta— para:
- redactar correos,
- resumir textos extensos,
- traducir documentos,
- generar ideas creativas,
- organizar tareas,
- o simplemente buscar una respuesta rápida.
Herramientas como ChatGPT, Gemini, Copilot o incluso asistentes integrados en navegadores y plataformas ya son parte del día a día en empresas grandes, pymes y profesionales independientes.
Pero en medio de esta ola de innovación, hay una pregunta que cada vez suena más fuerte: ¿Qué pasa con los datos que escribimos ahí?
¿A dónde va lo que le decís a la IA?
Cuando escribís en una herramienta de IA abierta (como la versión gratuita de ChatGPT), la información puede ser almacenada, analizada y utilizada para seguir entrenando al modelo.
Eso significa que los textos, ideas o datos que compartís no necesariamente se eliminan al cerrar la ventana.
Si incluís nombres de clientes, documentos internos, ideas estratégicas o cualquier otro dato sensible, podrías estar entregando información privada sin saberlo.
Incluso si el contenido no se publica, puede ser accedido por sistemas automáticos o, en ciertos casos, por revisores humanos para mejorar el servicio.
A su vez, hay aspectos técnicos sobre cómo funcionan estos modelos que aún no se comprenden del todo —ni siquiera por sus propios desarrolladores en algunos casos—, lo que hace que sea más difícil anticipar riesgos o garantizar un control total sobre lo que hacen con nuestros datos.
No todas las inteligencias artificiales son iguales
Es importante saber que no todas las herramientas de IA son públicas o funcionan de la misma manera. Existen diferentes tipos:
- IA abierta al público general, como ChatGPT gratuito, que procesan millones de interacciones y pueden retener información para mejorar sus respuestas.
- IA empresariales o privadas, diseñadas para trabajar en entornos cerrados y seguros, donde los datos no se usan para entrenamiento ni se almacenan fuera del control del usuario.
- Soluciones personalizadas, que permiten a empresas entrenar sus propios modelos sobre datos internos, con mayor control sobre la privacidad.
La tecnología avanza muy rápido, y constantemente surgen nuevas herramientas que permiten aprovechar el poder de la IA sin comprometer datos sensibles. Como todavía hay mucho por entender, es clave mantenerse informado y evaluar con criterio cada herramienta antes de adoptarla.
Principales riesgos
- Filtración involuntaria de información confidencial
- Pérdida de control sobre los datos que ingresás
- Respuestas incorrectas o inventadas, que podrían llevarte a tomar malas decisiones
- Uso de contenido generado sin validación, lo que puede comprometer calidad, reputación o derechos de autor
Buenas prácticas para usar IA con responsabilidad
- No ingreses datos personales, bancarios o confidenciales
- Evitá compartir documentos internos, nombres o información sensible
- Usá versiones empresariales si vas a integrar IA en tu flujo de trabajo
- Revisá siempre el resultado antes de usarlo
- Leé las políticas de privacidad de cada herramienta
- Preferí entornos cerrados y seguros si trabajás con datos críticos
Recordá: aunque la herramienta te responda con confianza, eso no significa que tenga razón, ni que maneje los datos como vos esperarías.